Sentí mi cuerpo electrizarse, mi vello elevarse..Su olor hacia que mis pupilas perdiesen perspectiva. Era fresco y húmedo, abría mis fosas nasales, inundaba de sensaciones mis pulmones. Era como si todas las cosas mas bellas del mundo estuvieran en ese metro cuadrado.
Su pelo caía pincelado por su espala y se tornaba color miel en su proximidad al fluorescente encarcelado.
Note mi lengua húmeda, mis poros abiertos, la camisa adherida a mi piel.Retiro su pelo y lo escondió detrás de una oreja descubriéndome ese océano de ideas. Imagine surfear con mi lengua cada hendidura y recoveco que en ella se veía.
Mis labios se humedecieron y recuperaron su textura dúctil y carnosa.
Las bocanadas de aire caliente de mi agitada respiración, golpeaban contra su nuca. Vivíamos la temperatura del averno, pero hubiese dado la vida por detener ese momento.
El metal se abrió y la mujer salio deslizando sus caderas al son de mis respiraciones.
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